07 julio, 2011

Pasión...‼

Anoche descifre los paradigmas y esbozos de mi locura, entre los ruidos angustiosos de las almas en pena de los viejos enamorados, de aquellos que deshacían el amor entre sus manos hasta volverlo líquido almibarado. 
Anoche descubrí que merezco las caricias más profundas y soñadas, internas, lo suficientemente valientes para hurgar en mis entrañas, curiosas para ver el bombeo de este corazón de hierro fundido, batido entre la soledad y el dolor de ir creciendo -uno nunca es lo bastante viejo para dejarlo de hacer-. Y las merezco no por ser bueno, sino por ser sólo yo; él que ríe y se pierde en la ingenuidad de esta existencia de tinieblas cargada. 
Y lo descubrí con la fuerza de las grandes eurekas, con el temblor de la tierra que sostiene mis pisadas, lo supe como se sabe la vida al respirarla. Así fue, sólo destape las ganas de decirte, de pelearte la necesidad de seguir haciendo de este el amor más grande, nuestro único amor de madrugada… ¿Crees que vivimos todo para que seamos igual, para que se nos muera el alma enamorada? ¿Debemos ceñirnos al cruel destino de los grandes idilios? Recuerda que o se mueren, o dejan morir al amor -irreflexivamente eso sería ser cualquiera, hacer un amor de cualquieras, de los que se rinden ante la dura batalla de creer que debe ser así-. 
Abrí el cofre de lo que nunca decía, de lo que callaba, la fiel teca de mi melancolía: no soy cualquiera; tal vez sólo un cualquiera con hambre de vida y una vida de sueños – y siempre eres la del asiento reservado, la única de primera fila, la indispensable para la travesía y mi épica monotonía-. 
Quimérico: No tengo nada y sólo pido aquello que no cuesta: la elocuencia poética de tus benfos tibios, la tibieza de tus brazos, la textura de tu cuerpo; sólo merezco la entrega de tus durezas y tristezas, el derecho a romper tu vieja guardia, para escalar los muros de tus congojas selladas a ultranza… 
y te amo profundamente, como se ama con desesperación la vida que se escapa día con día, lo siento como la piel expuesta a la tibieza de cada mañana, lo sé como se sabe lo evocado en cada vida y que a pesar de la muerte se mantiene bajo la luz de la razón… y te amo tan profundamente como sólo lo sé yo.

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